EL EBRO UN AÑO DESPUÉS DE LA GRAN RIADA AMAGA DE NUEVO CON SU PRESENCIA
Crecida. De nuevo el último fin de semana del mes de febrero, y principios de marzo un frente frío dejó agua y nieve que transformado en incremento de caudales llego a su cénit el 1 de marzo, anegando puntualmente campos. El río estuvo al límite para encajar el caudal.
Los ribereños saben que el río impondrá su propia ley, si las leyes no permiten limpiar su cauce. Por el momento el río sigue cegado, y en cada temporal más o menos consistente demuestra que cualquier contingencia meteorológica con una prolongación de más de dos días volverá a causar daños. Los mismos serán imprevisibles. La demostración quedó tangible. La tensión sostenida se mantiene en toda la Ribera Alta del Ebro, se sabe que tarde o temprano de nuevo volverá por sus fueros.
En la tarde del 1 de marzo de 2016 llegaba a Gallur la máxima punta de agua de caudal en Castejón (último aforo) con 1.436 m3/sg, y una altura de 6’15 mts. El aumento de caudal se debe al frente frío que provocó precipitaciones persistentes entre el viernes 26 y domingo 28 de febrero, acumulándose según los datos de Che entre 70 y 120 l/m2 en las cabeceras de la margen izquierda dela cuenca alta del Ebro, y entre 30 y 60 l/m2 en el resto. El caudal se mantuvo alto durante 24 horas comenzando en la jornada del 3 de marzo un paulatino descenso.
PREOCUPACIÓN EN LOS AGRICULTORES LOCALES
Desde la presidencia de la Cooperativa Agraria San Pedro, que aglutina a los agricultores de la localidad, su portavoz y representante, Lorenzo Nuño advierte “que todavía existen boquetes abiertos en la Huerta Baja que no se han cerrado, y que en cuanto el río venga volverá a entrar el agua”. También reflexiona sobre la ausencia de las obras efectuadas por la Administración Central y Autonómica en el término municipal, con resignación e ironía manifiesta al respecto que “igual a nosotros nos dejan para el final…”
Su testimonio recoge el sentir de los agricultores, ganaderos y ciudadanos de la localidad, y lamenta que “las acciones importantes para que la situación del año pasado no se repita no se llevan a cabo. Nadie toma las riendas para solucionar el problema de la limpieza del río”. La limpieza es fundamental, una medida que comparte con todos los Alcaldes y vecinos de las Ribera ya que indica que “hay que atajar el problema de raíz, no poner parches. Si llueve tres días seguidos, o hay un pequeño temporal de nuevo toda la Ribera otra vez estamos con el alma en vilo”
El Ebro está vivo, asilvestrado, sin orden y sin Ley que sea capaz de administrar su circulación sin provocar daños mayores en riadas ordinarias para defender los intereses de sus habitantes y productores. Seguiremos atentos, preocupados y esperando a la próxima…