EL EBRO VUELVE A RUGIR

Riada. Las precipitaciones, nieves caídas y fusión nival producidas por aumento repentino de las temperaturas provocaban que el nivel del Ebro ascendiese y anegase miles de hectáreas de  huerta.

 

Por enésima vez, el río Ebro vuelve a soportar un caudal –que dentro de su denominación de ordinaria- supone daños graves para la agricultura y ganadería de la Ribera. Caminos, riegos, campos y cultivos seriamente dañados por un caudal que en Castejón de Navarra (última estación de medida de caudal del río) dio un total de 2.349 m3/sg y una altura de 7’41 mts. en la tarde (19 horas) del sábado 14 de diciembre.

La punta de agua entró en Gallur, y en la Ribera Alta del Ebro, a primeras horas de la mañana del domingo 15 diciembre con la incertidumbre del comportamiento de la meteorología y del río. En el municipio, la compuerta de seguridad del “Barranco” -instalada tras la riada de 2.003- impidía la inundación de la zona más baja de la localidad, mediante el funcionamiento de la bomba de achique de agua, que funcionó a la perfección evitando el acceso del agua a los hogares del casco urbano ubicado en esa zona.

Sin embargo, prácticamente la totalidad de la Huerta de Gallur (Huerta Alta y Baja) quedó bajo las aguas al igual que los caminos y cultivos.

Los agricultores de la localidad, ante el súbito ascenso del río, se afanaron en la tarde y noche anterior en poder realizar la cosecha de los campos de maíz que aún quedaban sin cultivar debido al mal estado del piso (por la humedad reinante) y por estar dotado el cultivo de un alto grado de humedad para proceder a su recolección. A todo ello se suma que muchos de los campos están recién sembrados de cereal y algunos de ellos aún no se ha producido la nascencia, factores ambos que provocan de nuevo importantes pérdidas económicas para los agricultores que siguen padeciendo un año tras otro -y en ocasiones varias veces al año- cuantiosas pérdidas económicas con la impotencia al comprobar como la solución demandada por los mismos: limpieza y mantenimiento del cauce del río, no llega a plasmarse en realidad a pesar de las promesas y voluntades expresadas.

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IMPORTANTE REGULACIÓN DE LOS EMBALSES

Las lluvias y nieves caídas en estas últimas semanas, en un otoño húmedo, han posibilitado que los embalses de cabecera en aproximadamente mes y medio estén técnicamente llenos pasando de unos paupérrimos y alarmantes niveles a estar a casi el límite de sus posibilidades de acopio. La capacidad de laminación de los embalses, ha proporcionado a su vez en las jornadas del 12 al 14 de diciembre, que el río Ebro no haya recibido un aporte aproximado de más de 1.500 metros cúbicos por segundo (añadidos al caudal registrado) lo que hubiese supuesto una inundación extraordinaria en la ribera del Ebro con consecuencias difíciles de prever dada la obstrucción del cauce para la circulación de caudales que sufre el río.

Los ríos: Aragón y en la localidad de Sangüesa que aún así registraba un caudal de 500 m3/sg.

El viernes a mediodía el embalse de Yesa registraba una entrada  de 956 metros cúbicos por segundo al embalse mientras solo soltaba 5 metros;  al igual que Itóiz  embalsaba  del Irati  552 metros cúbicos por segundo soltando al río caudales que no superaban los 15 m3/sg.

Tras pasar el grueso de la riada por el ramo medio del Ebro, a primeras horas de la mañana del 16 de diciembre, Yesa soltaba 456 m3/sg e Itoiz 30 m3/sg a objeto de “dejar resguardo” en posibles próximas contingencias meteorológicas.

Estas retenciones  pudieron evitar  que  la crecida del Ebro, a su paso por  la ribera aragonesa durante el fin de semana del 14 y 15 diciembre,   fuesealgo más que extraordinaria.

RIADA “ORDINARIA”.

Durante la jornada del 12 de diciembre se registraban precipitaciones moderadas y persistentes en toda la mitad norte de la cuenca del Ebro, localmente fuertes en la cabecera del Trueba (Burgos) y cuencas altas del Arga y Aragón (Navarra). En promedio se recogían en toda esta zona acumulados de 30-70 l/m², aunque en las cabeceras del Nela, Arga, Irati y Aragón se superaban ampliamente los 100 l/m².

Los incrementos de caudal que fueron de carácter extraordinario en los ríos Erro, Salazar, Irati, Arga y Esca. En este último y en toda la cuenca del Aragón, además, se sumaba el fenómeno de fusión nival por un incremento de las temperaturas.

En todos los ríos del tramo medio y bajo del Arga, la avenida –según calificaba la CHE- tuvo carácter extraordinario, dando lugar a dar lugar a desbordamientos. En lo que respecta al tramo bajo del Aragón la crecida fue carácter ordinaria. Una clasificación que también, a pesar de los desbordamientos fue la denominación para todo el eje del tramo medio del Ebro, estando muy al límite de la extraordinaria, pero sin llegar a tal calificación.

Debido a la misma, el Gobierno de Aragón, el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) establecían el nivel 1 de emergencia, dado que según matizaban desde la CHE la avenida se mantuvo en el límite de la máxima crecida ordinaria.

La travesía de la Crta A-127 a su paso por Gallur en la noche del sábado 14 de diciembre, fue cortada al tráfico como medida de prevención, siendo restablecido el tráfico a primeras horas de la mañana del lunes 16 de diciembre.

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EL TIEMPO

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